Creer o reventar

¿En qué creemos lxs argentinxs? Disponer de datos concretos relacionados a nuestras adscripciones religiosas, creencias en “Dios”, el “Diablo”, las posturas frente al aborto y el nivel de confianza hacia ciertas instituciones, entre otras consultas, es uno de los objetivos de la II Encuesta Nacional de Creencias y Actitudes Religiosas, realizada por un grupo de investigadores del CONICET. Los resultados fueron presentados el 10 de marzo, en el Museo de Antropología de la UNC, a cargo de Mariela Mosqueira, del Programa Sociedad, Cultura y Religión en el CEIL, acompañada por Mariana Espinosa del Instituto de Antropología de Córdoba-CONICET y Hugo Rabbia, de CONICET.

La religión católica está en declive. Cada vez son menos lxs argentinxs que se identifican con el culto del credo oficial y el evangelismo crece de 9 al 15 por ciento. Asimismo, la encuesta revela un incremento del porcentaje de aquellas personas que no adscriben a ninguna religión.  

Realizada en el 2019 por el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales (CEIL – CONICET), el estudio arroja que el catolicismo, aunque disminuye con el paso del tiempo, aún conserva una “mayoría atenuada” que llega al 62,9 por ciento de la población. 

Si se traza una línea en el tiempo, se observa que según el Censo de 1947, el catolicismo representaba el 93,6 por ciento del total de los habitantes del país. En 1960, ese dato baja al 90 por ciento y con la primera Encuesta Nacional de Creencias y Actitudes Religiosas del 2008, la cifra se reduce al 75,5 por ciento. 

A su vez, la encuesta del 2019 revela que la religión evangélica aumentó más en regiones como el NOA y NEA y en la Patagonia. Sin dudas, el NOA es la región más católica. Mientras que en los principales centros urbanos del país y en Patagonia, se registra la mayor proporción de habitantes sin religión.

Educación y religión
Otras de las lecturas que permite la encuesta realizada por el CIEL es el análisis de las creencias de la población, según el nivel socioeconómico y de instrucción. Aquí se evidencia una tendencia: a mayor nivel de instrucción, menor adhesión a una religión. Es decir, entre el grupo “sin religión” el nivel educativo alcanzado suele ser más alto. Mientras que el culto evangélico crece entre las personas sin estudios y quienes sólo accedieron al nivel primario.

Además, durante la última década, casi se duplicó la cantidad de personas que no adscriben a ninguna religión –ya son 2 de cada 10 habitantes en el país–. 

“Jesucristo” superstar, la “Energía”, “Dios” y el “Diablo”
La II Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas da cuenta que la creencia en el “Diablo” se mantiene estable durante los últimos 11 años, con un 46 por ciento. “Jesucristo” está en baja, aunque predomina entre un 82,5 por ciento de la población, seguido por “Dios”, que rankea en un 81,9 por ciento. Un dato curioso a destacar es que el podio del tercer lugar lo completa la “Energía”, con un 75, 9 por ciento. 

Otro dato significativo es que las instituciones con mayor índice de confianza son, de mayor a menor, las universidades públicas, la Iglesia Católica y las Fuerzas Armadas. 

Posturas frente al aborto
El estudio de Conicet da cuenta que 8 de cada 10 habitantes considera el aborto como un derecho de la mujer o que debe estar permitido en algunas circunstancias. A su vez, sólo 2 de cada 10 habitantes, expresa que esta práctica debe estar prohibida en su totalidad.

Los datos del 2019 reflejan que casi 52 por ciento opina que el aborto debería legalizarse en determinadas circunstancias. Por ejemplo, en casos de violación o cuando corre peligro la vida de la persona embarazada o si existe una malformación fetal. Según estos datos, 6 de cada 10 evangélicos y 8 de cada 10 católicos considera que esta práctica no debe prohibirse en su totalidad. En este sentido, la postura de prohibir el aborto en todos los casos tiene más adhesiones entre evangélicos. Mientras que las personas que consideran al aborto como un derecho de las personas gestantes, son aquellas que no adscriben a ninguna religión.

Abrir interrogantes
Durante la presentación de estos datos, Mariela Mosqueira sostuvo que esta encuesta es un prototipo de trabajo colectivo, “producto de muchísimo esfuerzo”, donde se observa una verdadera vocación científica. “Es un acto político, a través del cual se busca reafirmar el aporte científico de la antropología, vinculada a tópicos como la religión y las creencias”. A su vez, destacó que el “trabajo aporta evidencia científica, genera datos que contribuyen a la convivencia democrática”. 

En referencia al abordaje y al arduo trabajo realizado por el equipo, Mosqueira subrayó el carácter “artesanal” de la encuesta. Además, añadió que los resultados son probabilísticos. Es decir, son datos que permiten realizar generalizaciones hacia el resto de la población con sólo un 2% de margen de error. 

Hugo Rabbia expresó que este tipo de investigaciones científicas más que “cerrar discusiones abren interrogantes”. Por ejemplo, uno se podría preguntar ¿hacia dónde irá el camino de los “sin religión”? o ¿cuáles serán nuestras creencias dentro de una década?  

Por su parte, Mariana Espinosa advirtió sobre la necesidad de “renunciar a esencialismo”. En este sentido, la investigadora se refirió a la importancia de entender a la sociedad y grupos religiosos “como grupos heterogéneos donde las respuestas y creencias nunca son homogéneas ni acabadas. Existen múltiples catolicismos, evangelismos y personas sin religión”.


Abierta a todo público, la actividad estuvo organizada por el Instituto de Antropología de Córdoba, el Museo de Antropología de la UNC y el proyecto PICT-FONCyT “Evangelismo, mediaciones culturales y relaciones interétnicas en el Noroeste Argentino”, dirigido actualmente por la Dra. Mariana Espinosa.

Más información:
Mallimaci, F.; Giménez Béliveau, V.; Esquivel, J.C. &Irrazábal, G. (2019) Sociedad y Religión en Movimiento. Segunda Encuesta Nacional sobre Creencias y Actitudes Religiosas en la Argentina. Informe de Investigación, nº 25. Buenos Aires: CEIL-CONICET. ISSN 1515-7466  Disponible enhttps://bit.ly/3bL9xoH

Texto y fotos: Damiana Cuello, Carlos Martoglio, Irina Morán.
Área de Comunicación – Museo de Antropología de la FFyH de la UNC.


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