¡Gracias a Dios soy marxista!

El lunes 19 de septiembre de 2022, a las 18:00 hs, en el Museo de Antropologías de la UNC, se llevó a cabo el conversatorio “Iglesia y Estado: asuntos pendientes” donde participaron Flavia Dezzutto, decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC; Liliana Olivero, legisladora mandato cumplido del partido Izquierda Socialista; y Lourdes Luna Rodríguez, antropóloga y becaria de IDACOR-Conicet. En este marco, se presentó el libro ¡Gracias a Dios soy marxista! Una opinión especulativa, de Daniel Vera, integrante de la Red Argentina de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos.

Daniel Vera es docente, Licenciado en Ciencias Sociales y Humanidades e integrante de la Red de Red Argentina de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos. Su caso, salió a la luz de manera pública en junio de 2019, cuando Danel Vera contó que en el año 1986, a la edad de 17 años, fue víctima de abuso por parte del cura Walter Eduardo Avanzini.
Una acusación que no sólo se hizo pública en los medios, sino que ha quedado asentada en la Diócesis de Río Cuarto. A su vez, la denuncia está formalizada penalmente en la Justicia y su caso lo lleva adelante la fiscalía de La Carlota, en el sur de Córdoba, puesto que los hechos denunciados por Vera acontecieron en la localidad de Canals.

El libro

Editado por el sello Ser Seres Ediciones, Daniel Verá es autor del libro “¡Gracias a Dios soy marxista! Una opinión especulativa”. En este trabajo, se invita a lxs lectorxs “a mirar de una manera crítica y un tanto objetiva, todo ese cúmulo de creencias que nos conforman como seres humanos”. A su vez, tal como lo exponen Noelia Agüero y Liliana Olivero en el prólogo, Daniel Vera es crítico de aquellas representaciones transmitidas a través de generaciones, “para que sigamos siendo los esclavos del sistema, para inculcar y sostener en la humanidad esa sensación de culpa o de falta ante un Dios, en lugar de sentirla ante un mortal igual que nosotrxs”.

“Estas reflexiones no vienen de cualquier Daniel -se lee en el prólogo-. Vienen de un Daniel sobreviviente (súper-viviente), y que quiera compartirlas es ya toda una invitación a leerlas y a abrirnos a la reflexión. Gracias a Dios soy marxista, dice él, y al leerlo y escucharlo entendemos que no es una contradicción”.

Conversatorio

Durante el conversatorio, cada disertante abordó diversas posiciones que surgen a raíz de la compleja relación entre la Iglesia y el Estado Argentino, además de profundizar sobre todo lo que relata Daniel Vera en su libro.

Para comenzar, la antropóloga Lourdes Luna Rodríguez enunció las razones de la importancia que adquiere la publicación de este libro. “En primer lugar, este libro se encuentra íntimamente relacionado a la realización de la denuncia pública y judicial por parte del autor al sacerdote Walter Avanzini por el abuso sexual perpetrado por este individuo. Poner en palabras y en la agenda pública un asunto que por años ha sido evitado e invisibilizado, es en sí un evento que va en contra de las lógicas eclesiásticas y sociales que han definido este tipo de delitos como del ámbito íntimo, como eventos accidentales, y que han asignado al silencio como principal vía de abordaje de lo ocurrido. En segundo lugar, porque con la escritura misma de este libro, el autor rompe los encasillamientos comúnmente asignados a las víctimas, mostrando cómo su trayectoria de vida lejos de anclarlo a una posición, ha funcionado como insumo e impulso para ‘hacer algo’ con lo vivenciado. En ese sentido, me parece tan oportuna la utilización del término ‘sobreviviente’ que el autor realiza en el escrito, ya que da cuenta de esta búsqueda por trascender, resignificar y movilizar lo personal”.

La antropóloga continuó diciendo que la propuesta del autor se torna fundamental a la hora de pensar cómo una religión e institución  moldean las formas de convivencia social desde lo más íntimo. “El ejercicio de animarse a ver y reconocer la diversidad que puebla el mundo es reproducido para cuestionar diferentes marcaciones que nos definen como seres sociales: la identidad de género, la pertenencia étnica, las categorizaciones por clase social. Con su libro, Daniel nos invita a hacer este ejercicio de ruptura, yendo quizá a uno de los asuntos menos cuestionados, probablemente por su carácter sagrado: aquello en que se cree, y los mecanismos mediante los cuales la fe es capturada y anquilosada por las instituciones”, explicó Luna Rodríguez.

A su turno, la legisladora con mandato cumplido del partido Izquierda Socialista, Liliana Olivero dijo que el libro concentra un análisis profundo que partiendo de lo teórico hace un análisis de la sociedad desde el punto de vista del materialismo histórico. “El autor nos explica que a partir de ahí se puede transformar todo, y eso quiere decir sobre todo lograr la igualdad y la justicia para los sectores oprimidos”.

“En la crítica de la religión de Carlos Marx está el principio fundamental para que el ser humano pueda pensar, actuar, organizarse. Como lo hizo Dani en este libro. El trabajo pone de relieve el conocimiento de la religión para llegar a la conclusión de que las  ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes y que el rol del capitalismo está construido al servicio de defender los intereses de los capitalistas”, dijo Olivero.

La legisladora agregó que para ser libres tenemos que separar la iglesia del Estado. “Esta propuesta nos interpela nos desafía y nos alienta a seguir luchando contra un sistema capitalista perverso, explotador, opresor, patriarcal, misógino y que es fundamentalmente deshumanizante”.

A continuación,  la decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, Flavia Dezzutto, expresó: “Me sentí muy tocada por el título del libro, ‘¡Gracias a Dios soy marxista!’, porque yo soy marxista y soy creyente”, y agregó: “Este libro tiene muchas virtudes porque comunica una experiencia, encuentra claves de lectura históricas para esa experiencia y logra distinguir la fe de la religión. Además, articula las reflexiones propias del autor con otros textos, como los clásicos textos del marxismo y los proyectos de ley que se vienen presentando desde los espacios que tienen posicionamientos sobre la relación Iglesia y Estado. Entonces, el libro nos va metiendo en la corriente viva, en las idas y vueltas de este asunto”.

La decana continuó diciendo que la separación de la iglesia y el Estado no significa que la gente deje de creer, pero sí requiere desarticular el montaje ideológico e institucional que se sostiene en el poder desde un lugar violento.  “¿Cuál es la imagen de Dios que ha construido la jerarquía eclesiástica? Una imagen atroz que justifica una cantidad de violencias: cada vez que hubo una interrupción democrática, la jerarquía de la iglesia intervino; y además los abusos sexuales, de conciencia, de espíritu, el despojar a los sujetos de su subjetividad a edades muy tempranas, son hechos que no pueden ser ocultados”.

Dezutto dijo además que ante hechos de abuso y violencias la jerarquía eclesiástica promueve el silenciamiento, el apartamiento, el mandar al cura a otra parte como si así desapareciera el problema, negándoles a las víctimas muchas veces hasta la posibilidad de ser escuchadas. “En ese sentido, este libro es una contribución para esos casos que necesitan Memoria, Verdad y Justicia”, concluyó.

Sobre el final, el autor Daniel Vera agradeció, en unas palabras entrecortadas por la emoción, el apoyo de sus compañerxs de militancia y su entorno para poder pasar del llanto a la lucha, “una lucha que es individual pero que como toda lucha también es colectiva”.


Texto: Eliana Piemonte –Área de Comunicación – Museo de Antropologías

Fotos: Gentileza Agustina Vera.

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