La propuesta de este seminario-taller e intervención urbana surgió en el marco del proyecto de investigación y creación Hecho Cuerpo, que contó a su vez con el apoyo del programa BECAR Cultura 2018 de la Secretaría de Cultura de la Nación.
La primera etapa del proyecto se desarrolló durante el mes de febrero de 2019, en Santiago de Chile y tomó como punto de partida la observación de cuerpos cerámicos antiguos en el Museo Chileno de Arte Precolombino, en diálogo con representaciones del cuerpo contemporáneas presentes en la artesanía y el arte mural y callejero.
¿Qué pueden decirnos estos antiguos objetos hoy, a la luz de nuestras propias experiencias, nuestros interrogantes y realidades? ¿Qué expresan estas representaciones de cuerpos, estas experiencias hechas cuerpo previas a la situación – mutante y aún vigente – de colonización?
Con estos interrogantes como guía, comenzó un proceso de observación, principalmente a través de la fotografía y el dibujo, y a su vez a través del tacto; que devino en una investigación escrita sobre cultura visual y simbólica en cuerpos pre-americanos; junto con una serie de bocetos de nuevos cuerpos a crear en cerámica.
La actividad de socialización de esta experiencia de pesquisa y producción se desarrolló durante agosto de 2019, en la Reserva Patrimonial del Museo de Antropología. Con un grupo de asistentes se pudo transitar un doble ejercicio: el de dejarse interpelar por los cuerpos antiguos, escuchando qué tienen para decir; y el de interpelar a los cuerpos, desde interrogantes propios y actuales.
El primer encuentro fue junto a una serie de objetos – representaciones por cuerpos de distintas culturas del actual territorio argentino, observadas a través de la fotografía y el dibujo. Desde ahí, se imaginaron significados en relación a lo que estos cuerpos podrán expresar: sustento, ancestralidad, presencia de los sentidos, dualidad, animalidad, seres que hablan, respiran, ven y oyen.
Con una dinámica de juego, el grupo pudo comprender los diferentes modos de representación preamericanos del cuerpo. Además se reconoció cómo la experiencia de la colonización ha atravesado nuestras propias percepciones y los modos de representarlo. La experiencia pudo traducirse en palabras a través de distintos discursos sociales que nombran situaciones movilizadoras: tecnologías de control social, hambre, cuerpxs en los márgenes, racionalidad, aniquilación, diferenciación, dominación, sexismo, especismo, normalización, consumo, transgénicos. También, se pusieron en juego otros sentidos que movilizan experiencias de resistencia, memoria, protección, empoderamiento, creación; afectividades, entre otras. Se invitó a pensar: ¿qué cuerpos importan hoy? ¿cómo se construyen nociones de identidad?
Así se trabajó en el diseño de nuevos cuerpos, poniendo en evidencia estas tensiones, vivencias y realidades, en diálogo con los cuerpos antiguos, con los sentidos que sugirieron y sus diversas representaciones. Durante los dos encuentros, se logró materializar las ideas exploradas en arcilla, descubriendo su potencial creador y lúdico. Además, se valoró la expresión propia y la de los pueblos que han trabajado y trabajan la cerámica. Hacer con las manos permitió enfrentarse a una materialidad nueva y también asumir el desafío de pensarse hacedores de discursos y representaciones que tomarían un lugar en el espacio público. También, pensar qué se quería expresar y cómo se lo plasmaría de manera simbólica en cada cuerpo, creando un objeto en un hacer consciente; aprendiendo en la práctica que el hacer con cerámica empieza antes de meter las manos y termina después del objeto, con los cuerpos puestos en relación con el entorno.
Como cierre, se llevó lxs cuerpxs creados al espacio urbano, con la intención de visibilizar estas experiencias públicamente, invitar a mirarse en algunas preguntas y dejar un poquito de barro en las calles que, entre tanto cemento, logre interpelar sensibilidades en la vorágine cotidiana de la ciudad. En el conjunto de esta experiencia, hacemos público un agradecimiento especial a Sandra Reyna, ceramista en el Museo de Antropología, y al personal de la Reserva Patrimonial del Museo de Antropología, Isabel Prado y Soledad Ochoa, por su disposición y apertura para con el desarrollo de este proyecto.
“El taller invitó a través de un inicio lúdico a desestructurarse en la mirada con unx y con lxs otrxs” expresa Glenda, una de las participantes. “La ansiedad por las manos en la arcilla se hizo esperar en este juego de observar en el detalle, en lo sutil las otras posibilidades de cuerpxs y manifestaciones y poder percibirnos y repensarnos hoy en todas esas riquezas de diversidades. Poder darle materialidad a través del barro a todas esas ideas, “bajarlas a la tierra” y llevarlas al espacio público para ser compartidas con todxs lxs otrxs para que tomen otros significados, que se abran nuevas preguntas, nuevos sentires y pensares. Hermoso taller que, planteado en cuatro encuentros, es sólo el inicio; es la invitación a seguir encontrándonos y debatiéndonos para seguir desarmando estructuras”.
Texto y Fotos: Verónica Córdoba – Ceramista.