Me pidieron que elija a una mujer que para mí represente la lucha por la memoria, verdad y justicia. Inmeditamente pensé en Susana, mi abuela.
Mujer sabia, lúcida y fuerte, luchadora incansable. Hace 44 años mi abuela espera saber qué pasó con Jorge Malberti, su hijo mayor, desaparecido en Córdoba durante la dictadura cívico-eclesiástico militar.
Susana fue maestra de historia y geografía, me pregunto si ella no tendrá que ver en muchas de las opciones que yo tomé para mi vida. Su vida está marcada por una infranqueable fe cristiana que quizás hizo que atraviese con una fe, que no conozco, el terrible hecho que significa ser despojada de un hijo.
Las mujeres de mi familia son longevas…
Estuvo la abuela Viejaza, de 103 años, está mi tía-abuela Coca, de 94 y mi abuela Susana de 90. Yo deseo que algún día, más cerquita que lejos, mi abuela pueda vivenciar ese aliciente que otras madres y abuelas vivieron y conozca el paradero de mi tío Jorge.
Y así seguir….
Por María Victoria Núñez
Historiadora del Instituto de Antropología de Córdoba – UNC.