Andrés Izeta es arqueólogo, docente e investigador del CONICET. Desde el año 2019 está al frente de la dirección del Instituto de Antropología de Córdoba (IDACOR). En esta entrevista, habla sobre las características y líneas de investigación que lleva adelante el IDACOR como Área Científica del Museo de Antropologías de la UNC. Precisa qué aporta el trabajo científico en los conflictos actuales y valora el desarrollo de la antropología de los últimos treinta años.
El Instituto de Antropología de Córdoba celebra sus primeros diez años de vida. Se trata de un instituto de doble dependencia entre dos organizaciones dedicadas a la investigación científica y la educación superior, como son el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y la Universidad Nacional de Córdoba. Esto implica poder utilizar recursos de ambas instituciones, potenciando de manera positiva la función del IDACOR, “que es avanzar en el conocimiento científico referido al estudio integral del ser humano como individuo y su funcionamiento en distintos tipos de configuración de la sociedad”.
Andés Izeta remarca la impronta del IDACOR como Área Científica al Museo de Antropologías. Una comunidad integrada por más de un centenar de personas, entre investigadorxs, becarixs, CPA y personal administrativo. Pero a su vez, alrededor del IDACOR se congregan docentes y alumnxs de las diversas carreras de grado y de postgrado de la UNC. Un rasgo que sin duda genera una gran sinergia y promueve el desarrollo de la investigación científica en la provincia de Córdoba.
En este diálogo, dentro del ciclo “80+10. Antropologías en Córdoba”, detalla cuáles son las líneas de investigación que lleva adelante el IDACOR en terreno de la antropología. Aquí señala cuatro grandes campos:“Antropología Social, Arqueología, Antropología Biológica y Lingüística. Cada una responde a inquietudes generales y otras muy específicas de escala local”, añade.
Además, detalla la modalidad de trabajo que las y los antropólogxs llevan adelante:
– “Cuando un antropólogo social hace un trabajo de campo, registra imágenes, ya sea en movimiento, filmaciones, fotografías, audios. Escribe en libretas de campo, en papel o en computadoras. Todo eso es importante para la investigación, pero también es importante dejarlo asentado como legado, para quienes nos van a suceder”, explica. “Desde el IDACOR tenemos la misión de preservar y conservar todo ese material y ponerlo a disposición, no sólo a colegas, sino también a toda la comunidad en general, a través de repositorios digitales».
En esta misma línea, profundiza sobre la injerencia y el valor de la antropología en las sociedades contemporáneas.
– “Creo que la antropología, en los últimos 25 o 30 años, ha encarado un programa donde ha tratado de responder a situaciones, conflictos o preocupaciones generales de la población. En el caso de la antropología forense, por ejemplo, se destaca el aporte que ha hecho a las cuestiones de derechos humanos, en general. Pero no solamente a lo relacionado con la dictadura cívico-militar y eclesiástica, sino también con casos actuales. Que tienen que ver con cuestiones de la justicia o tienen que ver también con el hallazgo, por ejemplo, de restos humanos de pueblos originarios. Entonces, en todos estos casos la antropología tiene mucho que aportar y mucho para decir”.
Al profundizar en el tema, Izeta señala el protagonismo de la antropología en asuntos vitales. “También en la resolución de conflictos actuales”, precisa. “La cuestión de violencia, que es una temática vigente en la Argentina desde hace muchos años. Y la antropología aporta el estudio de conocer cuál es la raíz, en muchos casos, de esos comportamientos. Y trabajar en situaciones de encierro, de marginalidad, en situaciones particulares como es la relación que tenemos con la muerte. Cómo es este tema en nuestra sociedad y cómo es en otras. Entonces son temáticas generales que aportan a conocer qué es lo que nos pasa como sociedad argentina actual. Y como sociedad cordobesa, en particular”.
Hacia el final de este diálogo, destaca los aportes de la arqueología en el trabajo de descubrir e interpretar los orígenes de las poblaciones a través del estudio de la cultura material.
–“No se trata sólo de conocer esas relaciones con los primeros pobladores de Córdoba de hace más de 12 mil años, sino de saber qué pasó en el contacto de los pueblos originarios con los primeros españoles o sociedades europeas que llegaron a nuestro territorio. Qué pasó con los esclavos, con las sociedades afros, los pueblos, los individuos. Tratar de reconstruir cómo fueron todas esas relaciones que a veces el registro histórico es un poco breve, escaso, o con una información muy dirigida” explica Izeta. Mediante la arqueología “intentamos ver a las personas a través de los restos mortales, pero principalmente a través de los objetos: las vasijas, cerámicas, las puntas de proyectil, los restos de huesos, la alimentación, o cuestiones microscópicas que a veces la gente ni se imagina la cantidad de información que obtenemos de pequeños pedacitos de piedra, que a simple vista parecen nada, pero son instrumentos que nos llevan a deducir para qué fueron utilizados, durante cuánto tiempo. Si la persona era zurda o derecha, si era un adulto o un niñx. Mucha información que tiende a dar una idea general de quienes fueron y quienes somos las personas que habitamos el territorio cordobés”.
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Andrés Izeta: Nació en La Plata, Buenos Aires. Es Licenciado en Antropología y Doctor en Ciencias Naturales (FCNyM, UNLP). Su campo de investigación se centra en la Arqueología. Es Investigador del CONICET en el IDACOR-Museo de Antropología de la UNC. Profesor en la cátedra Arqueología Argentina I de la Licenciatura en Antropología (FFyH, UNC). Desde el 2019, es Director concursado del Instituto de Antropología de Córdoba.
Texto: Irina Morán.
Fotos: Natalia Roca.
Producción del ciclo de entrevistas “80+10 Antropologías en Córdoba”
Área de Comunicación – Museo de Antropologías.