El jueves 24 de agosto de 2022 se presentó el libro «Los indios montoneros: Un desierto rebelde para la nación argentina» (Guanacache, siglos XVIII-XX), del antropólogo Diego Escolar. El libro reconstruye la historia de las tierras, identidades, archivos y movilización política indígena de los huarpes, entre principios del siglo XVIII y mediados del XX. La presentación se realizó en vivo por el canal de YouTube del Museo de Antropologías
Hacia finales del siglo XX surgieron o resurgieron en Argentina, un país que hasta hoy se considera básicamente blanco y europeo, identidades indígenas que se consideraban extinguidas durante el período colonial temprano.
Estas identidades fueron algunas veces consideradas como meras invenciones oportunistas; o como un sustrato oculto mantenido mágicamente idéntico a sí mismo durante siglos de invisibilización; o como una construcción cultural.
Sin embargo, estas concepciones eludían las preguntas: ¿Qué había ocurrido con dichas identidades o sus grupos de referencia entre la supuesta extinción y su postulada reaparición? ¿Existieron, y cómo, experiencias históricas indígenas en el seno de la sociedad criolla durante la formación y consolidación de la Argentina blanca? Y si fue así, ¿cuáles fueron las materialidades que posibilitaron eventualmente la continuidad de estas experiencias a lo largo de siglos y cómo y por qué se las soslayó en la producción académica?
Los indios montoneros: Un desierto rebelde para la nación argentina responde estos interrogantes para el caso de los huarpes de la región de Cuyo, un pueblo considerado extinguido en el siglo XVII.
El libro reconstruye la historia de larga duración de las tierras, identidades, archivos y movilización política indígena en la travesía y lagunas de Guanacache, consideradas el corazón del territorio y centro simbólico de los huarpes, entre principios del siglo XVIII y mediados del XX.
Se trata de una antropología histórica de la nación que devela el papel, de los indígenas en la formación del estado, la nación y la sociedad argentina, en una región considerada “sin indios”.
La publicación habilita de esta manera una revisión tanto de la historia nacional como de las representaciones identitarias de su sujeto histórico prototípico: el criollo.
El trabajo de investigación etnográfica e histórica que originó el libro demandó más de veinte años de dedicación de su autor, Diego Escolar, quien es antropólogo por la Universidad de Buenos Aires.
Escolar ha realizado investigaciones etnográficas e históricas sobre los baqueanos y arrieros de la frontera argentino – chilena, los procesos de etnogénesis y emergencia huarpe en Cuyo y las memorias de la represión en la Gendarmería Nacional Argentina.
Durante la presentación del libro, transmitida en vivo por el canal de YouTube del Museo de Antropologías, intercambiaron análisis y opiniones sobre el tema lxs investigadorxs: Ariel de la Fuente (Purdue University), Ezequiel Adamovsky (CONICET -Universidad Nacional de San Martín – Universidad de Buenos Aires), Lorena Rodríguez (CONICET – Universidad de Buenos Aires) y Gastón Gordillo (University of British Columbia).
En ese marco, Rodríguez señaló: “El libro me acerca en una ambiciosa escala temporal a la historia de los laguneros y a una forma de hacer Antropología que me resulta relevante. La lucha por la tierra y el agua, la resistencia, la dimensión política de los proyectos y acciones permite reintegrar la historia argentina a una historia latinoamericana más marrón que tiene potencial para repensarnos”.
La investigadora apuntó que lo que sostiene la narrativa del texto es repensar el racismo que está debajo del mito de la Argentina blanca. Y agregó: “La notable sensibilidad etnográfica de Escolar es uno de los aspectos más potentes del libro”.
Por su parte, de la Fuente dijo que el trabajo es un intento por esclarecer procesos muy importantes para la historia argentina. Y centró su análisis en la propiedad colectiva de la tierra cuestionando la interpretación de los archivos que en el libro dan cuenta de quiénes eran los propietarios.
Para de la Fuente, en un sentido literal, algunos laguneros se transformaron en propietarios privados de la tierra.
Sin embargo, Escolar señaló que rastrear la propiedad de la tierra es lo más intrincado del libro ya que muchas veces se entregaba la tierra al cacique pero como propiedad colectiva. “En general se trataba de estrategias para mantener el acceso a la tierra. La titularización privada fue muchas veces una estrategia para poder mantener ese acceso”, explicó el autor.
A su turno, Adamovsky destacó que el libro de Escolar invierte el argumento del libro “Una nación para el desierto argentino”, de Halperín Donghi, y restituye la noción política, y sobre todo la dimensión ética, del proceso de construcción de la Nación.
“La apuesta del libro se centra en el despojo territorial, el despojo del agua, de la visibilidad, en la brutalidad padecida por la población indígena- criolla; un interesante punto de vista para abordar la historia”, dijo.
Sobre el final de la presentación, Gordillo, subrayó que el “indio montonero” es una síntesis de los elementos indígenas y criollos. “Grupos indígenas mestizados racial, social y políticamente con rebeliones que buscaban crear una estatalidad casi ausente, pero no socavar al Estado”.
“Estos grupos representan lo más temido por las élites: malones mestizos, muchedumbre de personas no blancas en movimiento, socavando los límites de la territorialidad. Gente que desafía los límites establecidos”, señaló Gordillo.
El investigador también observó que en el libro se muestra el mismo patrón de destrucción ambiental que en el presente. “Un ecocidio liderado por las élites regionales que siempre han querido cultivar la idea de una Argentina blanca, sin indios”, puntualizó.
Por último, Escolar contó que la definición de “indios” y “criollos” tiene que ver con un proceso político: “Son categorías fluidas; quienes eran categorizados como ‘indios’ en un período podían ser ‘blancos’ o ‘criollos’ en otro, por eso es difícil contabilizarlos.
Los sujetos se nos escapan en términos de identidades”.
El autor explicó que para estudiar esto hay que estudiar el proceso político que indigeniza o desindigeniza a los grupos, caracterizándolos como interlocutor político o como un grupo excluido del proceso político legítimo.
“La historia de estos grupos se enlaza con la formación del Estado nacional. Los indios montoneros apunta a eso: grupos que fueron caracterizados como rebeldes gauchos o criollos, como que no tenían un proyecto propio y luchaban sólo por la sobreviviencia; pero en mi trabajo observo que no es así, que hay demandas y posicionamientos de estos grupos que tienen que ver con el corte de los canales judiciales para defender las tierras. Ellos se movilizan en el período en que los juicios se interrumpen”.
Finalmente, Escolar puntualizó que el libro discute la idea del indio “nítido” y desconfía de la “criollicidad” de la historia nacional.
La presentación completa puede verse en el canal de YouTube del Museo de Antropologías.
Texto: Eliana Piemonte
Fotos: cedidas por el autor del libro.
Área de Comunicación – Museo de Antropologías.