“El arte puede mejorar a las personas”

Un retrato en óleo del joven Deodoro Roca, realizado por el artista plástico Álvaro Izurieta, renueva la mística que resguarda y se potencia dentro del  Deodoro Roca – Centro Cultural – Museo Histórico, ubicado en el valle de Ongamira, provincia de Córdoba.

La ceremonia se realizó 25 de agosto de 2023, y estuvieron presentes: el maestro Álvaro Izurieta, acompañado de su familia, la directora del Museo de Antropologías de la UNC, Fabiola Heredia, el director de IDACOR, Andrés Izeta, el director del Departamento de Antropologías, Thiago Costala decana de la Facultad de Filosofía y Humanidades, Flavia Dezzutto, y como anfitrión del lugar Feliciano Supaga, fundador del Museo, junto a integrantes de la familia Roca, artistas como Ana Gollán, Eduardo Gaitán, Héctor Benildes Galeto, Marcela Pérez, investigadorxs y amigxs que son parte de esta querida comunidad.

Ubicado a unos 122 kilómetros de la Capital de Córdoba, el valle de Ongamira es un lugar de una belleza tan conmovedora como entrañable. El Museo Histórico y Centro Cultural Deodoro Roca está alojado en una vieja casona, rodeada de montañas y rocas rojizas, donde prima el sonido sutil de una vegetación autóctona, que inspira las musas y la contemplación de cualquier artista.

Fundado en 1995 y nacido bajo el deseo de transmitir el patrimonio y la historia local, allí, en este cuidado paraje de la zona de Ischillín, se exhibe una colección de piezas arqueológicas, obras de arte y antigüedades que dan testimonio del paso de Deodoro Roca y de otros personajes que, atraídos por el paisaje serrano y la tranquilidad de la zona, dejaron su huella.

La presentación de la obra titulada «Deodoro Roca. El protector y mecenas del arte cordobés» comenzó al aire libre, en la entrada del Museo y con la entonación en ronda del Himno Nacional Argentino. Luego, bajo la moderación Feliciano Supaga, se ingresó a la Sala Deodoro Roca, donde se observan una serie de objetos y documentos que hacen a la historia y legado de Roca. En esta sala se exhiben escritos, pinturas, fotografías, el Manifiesto Liminar, junto a la mítica máquina de escribir donde se gestó la Reforma Universitaria de 1918.

“Una obra tiene calidad cuando trasciende los tiempos”

A este rincón tan especial, se le suma ahora el retrato de Deodoro Roca, realizado por el maestro Álvaro Izurieta. “Hice muchos bocetos a lápiz. En ellos estaba el rostro de Deodoro con su corbata. Pero después de muchos intentos y bocetos pensé que lo mejor era recuperar el espíritu del joven Deodoro. Aquel intelectual que escribió el Manifiesto Liminar de 1918. Para Izurieta una obra de arte adquiere calidad cuando trasciende los tiempos. Quizás por ello decidió pintar el retrato de Deodoro con moño. “Un detalle que sintetiza su espíritu: un hombre adelantado, que trasciende todos los tiempos”, expresó el artista, luego de descubrir la obra, junto a los bocetos en lápiz, que engalanan la sala.

Álvaro Izurieta está convencido de que el arte puede mejorar a las personas y que hay que pintar la emoción que produce el paisaje. Nació en Hipólito Bouchard, provincia de Córdoba, en octubre de 1944. Aunque desde hace más de 40 años vive y tiene su atelier en la localidad de Unquillo, de Sierras Chicas. Dentro de una obra casi infinita –más de 5000 mil pinturas–, ha realizado unos 600 retratos, entre los que se destacan el del General Juan Bautista Bustos, el de José de San Martín, o el retrato en vida que le hizo al propio René Favaloro. Aunque el pintor confiesa que los retratos que más le gustan, son los que les hizo a su familia. Quizás porque en la obra de Izurieta es imposible disociar la calidad del mundo emocional que lo impulsa a trabajar en aquello que el propio artista define como: “Una experiencia superadora de la vida”.

“Algo de lo incalculable”

De esta manera, observar el retrato del joven Deodoro en la Sala del Museo que a su vez lleva su nombre, fue sin duda un acto conmovedor. Después de escuchar al artista y celebrarlo con sentidos aplausos, algunos de los presentes, expresaron unas breves palabras.

Thiago Costa agradeció ser parte de una ceremonia tan emotiva.“El Museo y todo este lugar que fue también parte de mi formación de grado y posgrado como antropólogo”, dijo. En esa misma línea, Andrés Izeta y Roxana Cattáneo, quienes con un equipo multidisciplinario del Museo de Antropologías – IDACOR vienen trabajando en el proyecto Ongamira desde el año 2009, expresaron que toda la memoria y el trabajo arqueológico que atesora Ongamira, está impregnado de la figura y el espíritu de Deodoro Roca. “Una labor que ha trascendido no sólo los límites de Córdoba, sino que ha sido expuesto en distintos lugares de Europa y Estados Unidos. Este retrato de Deodoro Roca, realizado por el maestro Álvaro Izurieta, se suma al conjunto de obras que iluminan este rincón de Ongamira, donde la cultura brilla siempre un poco más”, dijo el actual director de IDACOR.

Por su parte, Fabiola Heredia dijo que el retrato no es solamente una obra artística maravillosa. En estos tiempos difíciles, donde hasta cantar las estrofas del Himno, como “coronados de gloria vivamos, o juremos con gloria morir”, cobran nuevas significancias, estar reunidos aquí representa valorar y cuidar las tareas de la Universidad pública y la cultura. En este punto, la directora del Museo de Antropologías de la UNC agradeció y valoró el trabajo sostenido por Feliciano Supaga. “Un hombre que no sólo ha sabido alimentar y velar por la memoria de Deodoro Roca, sino que es un generador entusiasta de este tipo de encuentros, donde el arte y la comunidad siguen estrechando lazos”.

“Hay algo de lo incalculable en esta ceremonia. Porque no todo se resuelve ni se reduce a la lógica de los mercados”, dijo hacia el final Flavia Dezzutto, decana de la FFyH de la UNC. “No se puede calcular el peso y la emoción que sobrevuela en el retrato de Deodoro Roca, realizado por el pintor Álvaro Izurieta. Algo que trasciende los tiempos. Ojalá que la Universidad pública siga renovando sus compromisos con cada rincón de la sociedad. Ojalá que todas las ciudades sean universitarias y que velen por ese sentimiento incalculable de igualdad y libertad entre sus ciudadanxs”.

De izquierda a derecha: Roxana Cattáneo, Ana Gollán, Flavia Dezzutto, Feliciano Supaga y Álvaro Izurieta

Retrato de un maestro

Más tarde, en la sala del comedor del lugar, todos los presentes pudieron disfrutar del filme «Álvaro Izurieta, retrato del maestro«. Un largometraje del “Grupo de Cine”, realizado por Diego Pratto y Julio Hiver, finalizado en el año 2021 a partir del material filmado por el cineasta Mario Cuello, entre 2018 y 2019. Un trabajo audiovisual que rinde homenaje a la vida y la obra inconmensurable del pintor y artista plástico Álvaro Izurieta. El film fue producido en Unquillo, Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y París.

El cineasta santafesino, Mario Cuello y Álvaro Izurieta, lograron forjar en vida una gran amistad. Cuello quedó tan conmovido por la calidad humana de las obras de Izurieta que, bajo esa inspiración, decidió inmortalizarlas en el largometraje que lamentablemente no pudo terminar, debido a su repentino fallecimiento. Pero gracias al trabajo de Diego Pratto y Julio Hiver el documental se pudo concluir y proyectarse en distintos lugares del país. “El filme intenta mostrar a una persona que ama lo que hace, vive y se dedica. Transmite eso a su familia, para él y para quien lo escucha. Queremos mostrar cómo Álvaro se fue abriendo camino en el mundo de las artes plásticas”, explican sus realizadores.

Así, bajo la emoción que transmite el documental sobre la obra de de Álvaro Izurieta, concluyó una jornada llena de celebración, memoria, aires de sierras y esperanza.

Texto y fotos : Irina Morán
Área de Comunicación – Museo de Antropologías
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