Arde Córdoba: “Donde hubo incendios el monte vuelve”

Bajo la pregunta «¿Qué pueden hacer quienes habitan las ciudades para ayudar con los incendios?», el 9 de septiembre de 2023 el colectivo Arde Córdoba intervino el Museo de Antropologías de la UNC con una serie de actividades que visibilizaron la problemática y acciones que se emprenden ante el avance de los incendios forestales en Córdoba. La jornada incluyó actividades destinadas a la infancia, charlas, proyecciones, una muestra de fotos, mesas informativas a cargo de brigadistas, poesía, música y la presentación del libro: «Argentina en llamas: Voces urgentes para una ecología política del fuego».

Arde Córdoba reúne a artistas y organizaciones ambientales que llevan a cabo diversas acciones contra los incendios forestales de Córdoba. El colectivo nació en el año 2020 cuando la provincia sufrió la peor temporada de incendios de su historia: 340.000 hectáreas de monte nativo quedaron devoradas por el fuego, causando un daño profundo en los suelos, las cuencas hídricas, el aire, la fauna y flora, sumado a un impacto negativo en las economías regionales de las distintas localidades de la provincia. A su vez, se perdieron vidas humanas, en momentos críticos donde las personas peleaban contra el fuego.

En ese contexto, agravado por la pandemia de COVID 19, surgió la idea de impulsar una campaña de concientización e instalar la problemática del fuego en las grandes ciudades. Incluso han impulsado la creación de una nueva normativa de protección socio-medioambiental, que logre discutirse en el Congreso. Así, el grupo ha realizado proyecciones sobre paredes de edificios, con consignas como «Donde hay cenizas habrá monte», «Esto es Ecocidio» o «Todo fuego es político».

Territorios de colores  y poesía

La jornada de Arde Córdoba en el Museo de Antropologías comenzó con el taller de pintura “Territorios de colores”, destinado a las infancias y estuvo a cargo de Cho Bracamonte, Sivi Sivilotti y Silvia Burgos. Así, un grupo de niñas y niños se divirtieron y pintaron una bandera del tela blanca, con temáticas afectivas y medioambientales.
De manera paralela, en la vereda del Museo, se expuso una muestra fotográfica de Natalia Roca, e integrantes de distintas brigadas voluntarias de localidades serranas brindaron información precisa sobre el trabajo que se realiza en los incendios y el estado de las zonas más afectadas de la provincia de Córdoba. También hubo intervenciones de poesía, a cargo de Sol Altamira y Yeni Villafañe, el dibujo artístico de Agustín Carranza Carabajal. La presentación de los conversatorios estuvo a cargo del artista Elian Chali. Y el cierre fue con música en vivo, protagonizado por el grupo Cúcus.

Escribir con el fuego

Una de las actividades más convocantes de la tarde fue la mesa «Pensar el fuego. Escribir con el fuego«, donde se conversó alrededor del libro “Argentina en llamas- Voces Urgentes para una ecología política del fuego”. La actividad contó con la participación de una de sus compiladoras, Soledad Fernández Bouzo, junto a Natalia Cosacov, Joaquin Deon y la antropóloga Eliana Lacombe.

El libro articula las voces de doce autorxs quienes, desde una ecología política de las llamas, trazan un mapa para indagar los factores humanos y no humanos que existen detrás de los incendios y su vínculo con los modelos productivos extractivistas. También se aborda el rol del Estado y la pérdida de biodiversidad y diversidad cultural en las zonas más afectadas. Sin dejar de imaginar futuros posibles para los distintos territorios afectados por la voracidad de las llamas.

Natalia Cosacov dijo que el libro tiene el mismo espíritu que Arde Córdoba: «explorar otros lenguajes que van más allá de la información, afectivizar, corporizar esta problemática». Los capítulos dialogan y muestran que en el marco de un fenómeno global «hay un esfuerzo por restituir la singularidad de los territorios para entender los incendios. Existe una geografía del fuego que es opuesta a lo que se muestra en la tele».  

Soledad Fenández Bouzo explicó que el trabajo indaga sobre el impacto de la frontera extractivista, los sectores inmobiliarios, la agroindustria y la industria del turismo en los territorios. A su vez, dijo que la mirada del libro está atravesada por la ecología política. Y que se habla desde una epistemología ecofeminista, acerca del impacto que estas prácticas del capital están teniendo en nuestros cuerpos y en nuestra salud. «La idea del libro es fomentar los niveles de organización social en relación a esta problemática».

Para la Eliana Lacombe Argentina en llamas reúne artículos académicos muy sólidos sobre los usos del fuego, junto a relatos sensibles como el de Gabriela Cabezón Cámara, quien habla sobre el dolor de perder a un ser querido. En la antropología –dijo la investigadora–, siempre pensamos cómo se mide el dolor. «Ese dolor que no es considerado por la Justicia. La Justicia de Córdoba permanece negando los derechos ambientales, no se mueve a favor de la defensa del ambiente. Vivimos en un Estado de mercado, en un mercado disfrazado de Estado», dijo. «De este libro valoro también la esperanza, tenemos que rehacernos, reinstalar la pregunta acerca de qué hacemos porque parece que los esfuerzos se quedan cortos».

Por último Joaquín Deón puso el acento en el trabajo colectivo y la conexión necesaria con la naturaleza. «Donde hubo incendios el monte vuelve» , dijo. «Nos tiene que movilizar la necesidad de estar en el monte, y ahí estamos. Los incendios generaron un enmarañamiento de gente fuertísimo como las brigadas. Las órdenes privadas resguardan la propiedad privada pero no el monte, no los animales, no las prácticas campesinas. Para nosotrxs lo comunitario es ante todo, pie, alma, cerebro y vida en el monte» .

Arde la imagen

La fotógrafa y brigadista Natalia Roca, junto al fotógrafo y artista visual Gabriel Orge, protagonizaron la mesa: «Arde la imagen. Diálogo alrededor del fuego«, bajo la moderación de Manuel Molina. Una conversación que giró en torno a las estrategias fotográficas y audiovisuales para instalar diversos temas que inviten a la reflexión crítica y en especial, sobre temáticas sociomedio-ambientales, como son los incendios en el territorio cordobés.  

Gabriel Orge, reconocido por la obra «Apareciendo», desde el año 2014 interviene con proyecciones el paisaje urbano y natural a través de retratos o imágenes que traen a la memoria a personas desaparecidas. «La idea es hacer aparecer a través de la luz a personas y comunidades que han sido desaparecidas, invisibilizadas o desplazadas por algún tipo de violencia», cuenta Orge. Así, hemos visto sobre paredes de edificios o ríos de Córdoba el rostro de Jorge Julio López o el de Santiago Maldonado, entre otros. «¿Con qué llenamos esas ausencias?», se pregunta el fotógrafo. Para Orge este tipo de acciones cobran una fuerza política muy potente dentro del mapa cotidiano de una cuidad. «El presente es tan fugaz –dice–, que traer ciertos rostros puede interpelar el futuro y generar algún tipo de respuestas»  


Guardia de cenizas

Natalia Roca hace años lleva adelante proyectos donde articula la fotografía y el activismo social. A partir del 2020 se unió al trabajo voluntario que realizan las Brigadas Forestales Comunitarias de Sierras Chicas, y es parte del colectivo eco-feminista «Fuegas». En la actualidad, a través de un subsidio otorgado por la National Geographic Society, desarrolla un proyecto sobre las brigadas forestales, donde hace foco en los procesos que viven las mujeres dentro de estas organizaciones y en la importancia de proteger el monte nativo.

«La idea surgió el 8 de marzo de 2022 –Día Internacional de la Mujer–, y documenta el trabajo en apariencia invisible de las brigadistas», cuenta. En especial, la trama de estas organizaciones colectivas, ante el avance de conflictos socioambientales, como son los incendios forestales en Córdoba. «Tenemos que cuidarnos en un tiempo donde el ecocidio patriarcal hace estragos, no sólo en sus formas extractivistas, sino también con nuestros cuerpos y en nuestros vínculos», explica Natalia Roca.

Al hablar de la imagen que más la interpela, dice: «Es quizás la fotografía que no hice». Y recuerda que después de un incendio producido en el 2021 en La Granja, sumida en el trabajo nocturno que se denomina «Guardia de cenizas», y que consiste en la minuciosa tarea de sacar las pequeñas brasas que aún quedan encendidas en medio de las cenizas, ella sólo podía observar esas miles de lucecitas que titilaban tras el paso del fuego. «La imagen era como una postal llena de farolitos y constelaciones de luces de linternas humanas, en medio de esa larga noche. Me quedo con esa imagen», dice. A Natalia Roca no le preocupa tanto el desarrollo ni el futuro de la fotografía. «Priorizo la experiencia humana y territorial que demanda involucrarme en un proyecto para que luego puedan surgir las imágenes más genuinas».

Abierta y gratuita para todo público, la actividad estuvo organizada por Arde Córdoba, el Museo de Antropologías y contó con el respaldo del Departamento de Geografía, el Departamento de Antropología, el Instituto de Antropología de Córdoba y la Secretaría de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba.

Texto:  Irina Morán – Eliana Piemonte
Fotos: Irina Morán
Área de Comunicación – Museo de Antropologías


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