En el marco de las actividades previas a las 2° Jornadas de Extensión de la Facultad de Filosofía y Humanidades —que se realizarán el 4 y 5 de junio bajo el lema “Defender lo público desde la Extensión Universitaria”—, el Taller de Periodismo Gráfico “Escritofrénicxs” y el Proyecto de Investigación y Extensión “¿Visitantes In-visibles?” se encontraron el 25 de abril de 2025 en el Aula de Extensión del Pabellón Mariano Ferreyra (antigua Casa Verde, Ciudad Universitaria) para compartir un encuentro con el antropólogo Darío Ramírez.
Este ciclo de encuentros, que desde 2024 se desarrolla mensualmente en el Museo de Antropologías de la UNC, propone una serie de conversaciones entre colectivos vinculados a la salud mental y diversas propuestas museísticas. Así, personas usuarias del sistema de salud pública —en este caso, pacientes ambulatorios del Hospital Neuropsiquiátrico Provincial de Córdoba— se convierten en protagonistas activos de una experiencia de producción cultural, reflexión crítica y circulación de saberes.
En su 13° temporada, el taller “Escritofrénicxs” se propuso abordar temas inusuales o curiosos dentro del campo antropológico, que amplían los márgenes de lo esperable en un museo. De ahí que el disparador del encuentro haya sido una investigación reciente sobre los usos sociales, simbólicos y culturales de la caca. “Lo escatológico es también profundamente político”, expresó Darío Ramírez, entre risas, en medio de una ronda de mates. Las preguntas fueron hilando el intercambio: ¿cómo se investiga algo que incomoda?, ¿qué desafíos enfrenta la ciencia cuando se corre de lo solemne?
Franco Guerra, uno de los talleristas, sintetizó con lucidez el eje de la charla: “Me interesa pensar qué potencial tiene eso que se desecha, lo que supuestamente ya no sirve”. Como señaló Gabriela Molina, una de las participantes del taller, es interesante pensar otras formas de aproximarnos a la ciencia, desde lo sensible, lo cotidiano, lo corporal para llegar de manera más directa a las realidades adversas que se viven en los diferentes barrios, en este caso de Córdoba .
Durante la jornada, lxs participantes se apropiaron del espacio universitario y entablaron conversaciones con estudiantes del centro de estudiantes y de distintas carreras. La anécdota sobre el uso de la palabra “pabellón” —que en el imaginario psiquiátrico remite a otro tipo de institución— abrió también una reflexión sobre los significados que circulan en la arquitectura, y cómo el lenguaje configura territorios simbólicos.
Desde el Museo de Antropologías, y en particular desde el Proyecto “Visitantes In-visibles”, se seguirá impulsando estas acciones que permiten tensionar las nociones tradicionales de otredad y generar nuevas formas de habitar el museo. “La accesibilidad no solo se piensa en términos de infraestructura, sino también desde una perspectiva ética, sensible y política que incorpora otras formas de conocer, nombrar y construir la realidad social”, expresan sus integrantes.
A lo largo del año, los grupos involucrados proyectarán nuevas actividades, “convencidxs de que hacer extensión universitaria —dicen— es también abrir las puertas del pensamiento crítico, habilitar lo inesperado y reconocer la potencia transformadora de los saberes que circulan más allá de lo académico”.
Texto: Irina Morám
Área de Comunicación – Museo de Antropologías UNC.