La Comisión Personas Mayores y Museos acompañó el ritual de la Pachamama en cinco Centros de Día de la Municipalidad de Córdoba. Organizados en equipos, sus integrantes llevaron adelante intervenciones educativas donde compartieron reflexiones sobre el sentido de la Madre Tierra y sobre los elementos que forman parte de la ceremonia: hierbas para los sahumos, ofrendas, caña con ruda, intenciones y agradecimientos que marcan el inicio de un nuevo ciclo.

Creada hace más de cuatro años, la Comisión se ha consolidado como un espacio de participación activa y con voz propia dentro de museos, espacios culturales y universitarios. La conforman personas de distintos Centros de Día y otras interesadas en promover el reconocimiento y la valorización de la experiencia de personas mayores en el ámbito cultural. La posibilidad de acompañar el ritual en diferentes instituciones se transformó en una instancia de intercambio donde lxs integrantes se asumieron como anfitriones de cada encuentro. Así lo expresó Elvira, quien destacó que al realizar la ceremonia en el Paseo de las Artes —su lugar cotidiano— se sintió verdaderamente en casa.
Si bien la coordinación general está a cargo de las educadoras guías Gabriela Pedernera y Gisela Vargas, junto con la adscripta Verónica Vigliano, la Comisión cobra protagonismo al diseñar propuestas educativas vinculadas con las ciencias antropológicas. En las reuniones previas se trabajó sobre la sala del museo Rituales Andinos y se compartieron textos acerca de la cosmovisión andina y del calendario agrícola. Desde esa preparación, cada integrante asumió un rol como activador cultural y programó la actividad en el territorio.
La Pacha en los Centros de Día
Durante agosto de 2025, la Comisión visitó los Centros de Día Tucumán (Centro), Refugio de Esperanza (B° Villa Bustos), Pequeña Residencia (B° Providencia), Paseo de las Artes (B° Güemes) y la iniciativa comunitaria Corral de Palos (B° Corral de Palos). En cada lugar, la ceremonia convocó a la comunidad barrial y generó un clima de alegría y encuentro. Orfilia remarcó la participación de gran parte del barrio, mientras que Aurora valoró la posibilidad de conocer otros espacios, una experiencia que describió como muy linda.

Algunos integrantes llevaron propuestas individuales y trabajadas en grupo. María Julia, por ejemplo, preparó una canasta con papeles que contenían palabras ligadas a la Pachamama —amor, paz, respeto— para entregar a los asistentes. Su sorpresa llegó cuando, en lugar de colgarlas en el árbol como se había sugerido, cada persona decidió guardarlas y llevarlas a su casa, gesto que ella vivió como profundamente emotivo.
En este camino, la Comisión se afirma como activadora cultural: abre espacios de diálogo, memoria y creación que visibilizan la voz de las personas mayores y fortalecen el vínculo comunitario, recordando además el cuidado que debemos a la Madre Tierra. María Eulogia señaló que la experiencia le pareció democrática, porque todas las personas pudieron aportar desde sus saberes y talentos —cantando, bailando o compartiendo coplas— siempre con responsabilidad y compromiso.
Ana María, otra integrante, contó con emoción que gracias al museo pudo acceder a la historia y cosmovisión de los pueblos originarios, ausente en su escolaridad. Recordó que en su formación se exaltaban las gestas coloniales y migratorias, mientras los pueblos indígenas eran representados como invasores de los poblados europeos. Recién ahora, dijo, comprende que lo que en realidad hacían era defender sus territorios. Por eso valora pertenecer a la Comisión: siente que allí puede completar la historia de un país joven y lleno de errores, pero también de aprendizajes.



Estos encuentros habilitan procesos de agencia y empoderamiento, revitalizan los lazos comunitarios y convierten a los territorios en escenarios de aprendizaje y producción cultural. Jorge destacó especialmente la camaradería y libertad dentro de la Comisión, que permite que cada persona encuentre su manera de aportar, y valoró el bienestar que surge de esa confianza compartida.
Esta experiencia forma parte del proyecto “Activadores patrimoniales.Habitar los museos con las personas mayores” ganadores de la convocatoria al Programa de Subsidios a Proyectos de Extensión (PBPE) 2025-2027.
Frente a un contexto social complejo, la apuesta es sostener espacios de encuentro con la comunidad donde circulen las palabras, las emociones y los conocimientos. Abrir caminos para que la antropología y los museos resuenen en las personas de manera accesible e integral desde una mirada intergeneracional hacia nuestros y otros territorios. Como plantea Julio uno de los integrantes, al hablar de la celebración de la pachamama; “en el Museo de Antropologías la Comisión de Personas Mayores juega de local”.
Texto y fotos: Gabriela Pedernera, Irina Morán
Área de Educación y Área de Comunicación – Museo de Antropologías de la UNC