Supay Wasi, comunicando desde el territorio sagrado es una iniciativa editorial que surgió hace 14 años de la mano de Patricio Barría pero sin saber que llegaría a ser lo que es. “Es quien más lo empuja, es una idea de él, yo lo yo lo vengo acompañando en este último tramo”, contó Guillermo Gardenal, antropólogo e investigador del Instituto de Investigación de Córdoba (IDACOR- CONICET) que encabeza esta iniciativa.
El proyecto comenzó en Chile y llegó a nuestro país haciendo pie en Córdoba. La revista “es un proyecto de comunicación de historias sobre lo sagrado que habita en el territorio, la descolonización del folklore y la descolonización de la historia. En 2017 decidimos comenzar la difusión paulatina de estas historias a partir de la revista como plataforma inicial para la comunicación junto con la participación en programas de radio y charlas, es una publicación seriada de periodicidad cuatrimestral que se abre a recibir contribuciones de autores de Abya Yala que deseen comunicar historias desde el territorio, sus ‘espíritus guardianes’, los ancestros y la Pachamama”, aclaró Gardenal. Además agregó: “Todavía hay muchos saberes y prácticas que han sido colonizados y que han sido restringidos, silenciados. Algunos por suerte se han resguardado ahí. Y no queremos -desde una visión paternalista- sacar eso y contarlo al mundo sino que buscamos dar cuenta de que están y que están operando y trabajando”.
La tierra y la memoria
Cuando hablamos de tierra y de memorias ancestrales, también estamos hablando de territorio. De esta manera, la Revista Supay Wasi además tiene un claro objetivo que es apoyar la defensa del territorio indígena. En diálogo con el antropólogo Gardenal, al consultarle sobre la resistencia de los pueblos originarios, comentó: “No me gusta hablar de resistencia. Sí creo que la colonización que hubo hace 500 años, no ha mermado nunca. Por ende, se está perdiendo el territorio que es una de las demandas más fuertes del polo capitalista para producir, extraer o para construir y es también la principal demanda de los pueblos que aún no han sido desplazados por este polo”.
Al respecto, ilustró: “Por ejemplo, la comunidad Cofán de Colombia, unos indígenas del suroeste que han logrado con mucho valor sobrevivir a los paramilitares, a las FARC, al gobierno, a los narcos y defienden un territorio muy grande que es el Putumayo. Muy amenazado. Una selva muy rica, un pueblo muy grande y lo están defendiendo con su cuerpo. Defienden las ceremonias del Yagé, de la ayahuasca, entienden que en ese territorio está la fuerza para mantener vivo todo ese polo selvático”.
Planteó que “la división política de los estados es una división colonial y hay saberes y prácticas que trascienden estas fronteras, donde encontramos, por ejemplo prácticas y saberes similares desde Santiago del Estero hasta el Valle de Elqui. Además, algo que buscamos transmitir es la comunicación que sigue habiendo entre éstos territorios, donde se sigue trabajando con ‘espíritus’ dueños de la tierra, ofrendas, rituales, sitios sagrados como punkus, huacas, vertientes y salamancas”.
La revista es una excusa para hablar y explorar la memoria oral, de saberes y sentidos que están. “Que ni siquiera se han trasladado por la palabra porque eso pasa a otras esferas de entendimientos y de comunicación”, explica el antropólogo. Comenta que la revista brotó: “Salió sola por necesidad, emergió, tenía que salir y al mes estaba lista”. “Hemos empezado a entender un montón de cosas que recién ahora sentimos la necesidad de comunicarlas para aportar a esta lucha que no es de resistencia sino de conciencia”, afirmó.
El primer número de la Revista se imprimió en Chile, a través de la autogestión: “Hicimos una tirada de 250 números y ya se vendió casi la mayoría como en diez lugares diferentes, en Vicuña, Pisco Elqui, La Serena, Santiago de Chile y Córdoba. Se consigue en algunos puntos de venta y, principalmente, en las presentaciones, espacios que nos interesan mucho porque generamos conversatorios donde se acerca gente interesada en el tema y las temáticas y memorias reactivan, armándose una red cada vez más grande. Es un comienzo, un camino”, comentó Guillermo Gardenal.
En nuestra ciudad, la revista presentó su primer número en el Museo de Antropología en el mes de noviembre del año pasado. Contiene nueve artículos de historias acerca de lo sagrado en el territorio, ontologías indígenas y la descolonización de la historia, folclore y espiritualidad en el Norte Chico de Chile y el NOA. Narradas y contadas por Patricio Barría, Guillermo Gardenal, Cecilia Schwartz y Carlo Brescia, Salvador Palomino Flores y Pablo Rosalía. “Hay mucha gente interesada que está escribiendo y difundiendo cosas que nos llegan al ámbito universitario con relación a estas temáticas”, comentó.
De sentidos y significados
El antropólogo Guillermo Gardenal nos explicó que la palabra Supay se tradujo desde la colonización católica como ‘demonio’, ‘diablo’, sin embargo, en su significado territorial hace referencia a una entidad del Uku Pacha, de la tierra de abajo y de adentro. Además precisó que el título fue elegido en forma intencional “porque nosotros queremos empezar a descolonizar ciertas palabras de su entendimiento actual, pero también hacer referencia a esos ‘dioses o espíritus’ del Uku Pacha, en esta división tripartita del mundo andino: Hanan Pacha (el mundo de arriba), Kay Pacha (el mundo de aquí) y Uku Pacha, el mundo de abajo y de adentro, el territorio de adentro de los cerros, de adentro de la tierra, donde están los núcleos, los magmas que ejercen la fuerza para la floración, para que crezcan las plantas, para que la tierra empuje hacia arriba. Y también están las fuerzas para pedir por cosas ‘malignas’ o por cosas de destrucción, muertes necesarias para el equilibrio. Supay tiene, así, esa doble acepción”.
Por otro lado, aclaró que Wasi: significa casa, no solo en el sentido material de vivir y/o habitar, sino también en su sentido amplio territorial, una casa en los cerros, en los ríos, en la naturaleza. “Entonces Supay Wasi traducido sería la casa de los ancestros, en un sentido amplio podría ser la casa de los antiguos, los espíritus ancestrales el portal hacia la descolonización desde el territorio, nuestra salamanca”, detalló.
Por María Eugenia Lunad Rocha (Área de Comunicación del Museo de Antropología).