Las voces indígenas se hicieron oír el 17 de septiembre de 2021 en Córdoba. Como un hecho histórico, cerca de treinta comunidades de la provincia protagonizaron la Caminata de los Pueblos Indígenas de Córdoba. Mediante una conferencia de prensa, ceremonias y cruzando a pie el centro de la ciudad, leyeron un Manifiesto público donde denunciaron hostigamientos, violencias coloniales y etnocidas. La necesidad de respetar los derechos indígenas se hizo escuchar.
El punto de encuentro fue la Plaza Kamichingón (ex plaza Colón) y la caminata se extendió hasta Patio Olmos. Allí, representantes de las comunidades denunciaron diferentes hechos de violencia padecidos desde hace años y agravados en las últimas semanas con los ataques sufridos por las comunidades de Pluma Blanca, Ticas, Camchira y Plaza Cacique Tulián, entre otras.
Es la primera actividad, donde las comunidades originarias de la provincia se unen y acuerdan con un posicionamiento político, traducido en un Manifiesto público, donde se denuncia y detalla la gravedad de los hechos que desde hace años atentan contra la vida de las personas y el entorno natural donde viven las comunidades originarias de Córdoba. En ese contexto aparecen los conceptos de violencia colonial, enmarcada en una política que es señalada como etnocida. Aquí se refieren a una serie de acciones sistematizadas y llevadas delante de manera sistemática por municipios, comunas, empresarios, sectores inmobiliarios que atentan contra las identidades de los pueblos y comunidades originarias de la provincia.
“Convivimos en nuestros territorios con guardianes del agua, de los árboles y plantas, de los animales; con espíritus de los vientos: con piedras y lomas sagradas; y con nuestros muertos y muertas, que enterrados en este suelo, nos permiten recordar, rememorar y volver a reconstruir nuestra identidad como pueblos no del pasado, sino, con proyección al futuro. Es por ello que hablamos de una política, más que ecocida, etnocida. Porque una vez más, las políticas coloniales quieren hacernos desaparecer”, expresa Pablo Reyna, Nawan Menor de la Comunidad Timoteo Reyna, del Pueblo Camiare-Comechingon.
En el Manifiesto, se afirma a su vez que estos casos de violencia explícita contra las comunidades se traducen en un etnocidio, y son parte de un sistema que afecta la tierra y el lugar donde viven.
“La inacción de la justicia, el desarrollismo inmobiliario y minero junto a usurpadores y redes de estafadores producen el despojo, el avance sobre los territorios, la destrucción de sitios ancestrales, la violencia de género, criminalización de comuneros, la matanza de animales, atentados, imputaciones de la justicia sin sentido. Todas estas situaciones se han recrudecido en los últimos meses –afirman en el Manifiesto–, y profundizan una política colonialista, patriarcal y esclavista vulnerando contundentemente los derechos colectivos que tenemos como pueblos preexistentes a los estados”.
“Asimismo destruyen el monte nativo, y con ellos se debilita también nuestra fuerza espiritual como pueblos indígenas. Porque esas políticas, además de coloniales, patriarcales y ecocidas, son políticas etnocidas. Porque no sólo atentan contra el monte, sino contra nuestros guardianes, sitios sagrados, muertas y muertos, espíritus protectores, y nuestra identidad”, denuncian.
A través de ceremonias, ritos, pancartas, bailes, y cientos de personas que se sumaron a esta caminata histórica, que reunió a integrantes de cerca de treinta comunidades, los pueblos originarios de Córdoba se hicieron presentes en el centro de la ciudad para decir: “Basta de Violencia Colonial hacía las Comunidades Indígenas, Territorio Sagrado e Identidades Ancestrales”. “Nos tocan a una comunidad y nos tocan a todas”.
Texto: Irina Morán – Área de Comunicación del Museo de Antropología de la UNC
Fotos: Natalia Roca
Cámaras : Benjamin Ratti y Roberto Figueroa
Guión y edición audiovisual: Benjamin Ratti – Irina Morán.