Del diario al juicio. El devenir del informe multimedia «El horror está enterrado en San Vicente»

El 10 de agosto de 2003, el diario La Voz del Interior publicó en su edición on line, el informe periodístico interactivo “El horror está enterrado en San Vicente”. Había pasado poco más de un mes de la conferencia de prensa, realizada en el Museo de Antropología, en la que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)  anunciara la primera identificación de restos humanos exhumados de una gran fosa común, localizada en el Cementerio San Vicente. Se trataba de los restos de Mario Andrés Osatinsky, militante montonero asesinado y desaparecido el 25 de marzo de 1976 en la localidad de La Serranita.

En un formato de vanguardia para la época, el informe multimedia de La Voz combinaba videos, audios, fotografías e infografías animadas, que daban cuenta del devenir de la investigación y el proceso de búsqueda realizado en San Vicente, concluyendo con la identificación y restitución de los restos de Mario a su madre, Sara Solarz. Organizado en cuatro capítulos centrales (“La causa judicial”, “El caso Osatinsky”, El trabajo científico” y “La devolución de los restos”), el multimedia documentó y dio masiva visibilidad a las tareas de búsqueda de personas desaparecidas que, desde fines de 2002, se realizaban en Córdoba. Además de los links de las notas periodísticas con las que el diario había dado cobertura al tema, podían escucharse las voces y testimonios de distintos actores vinculados al proceso de búsqueda -antropólogos/as, familiares de las víctimas, abogados/as, agentes judiciales-.

Desde 2003 y hasta 2009, el multimedia tuvo un lugar destacado en la edición digital del diario. Cualquier persona que ingresara a su página principal, podía acceder al informe y recorrerlo en su totalidad. Sin embargo, los cambios tecnológicos devinieron en la actualización del sitio web del diario, mientras que el formato del informe quedó obsoleto e inutilizable. Hacia finales de 2021, autoridades del diario hicieron entrega de todo el material reunido, en su formato original, a quien fuera una de sus principales artífices, Ana Mariani.

Oriunda de La Pampa, periodista, editora y escritora, Ana trabajó en La Voz del Interior entre 1983 y 2009. Comenzó como correctora, escribió columnas literarias y críticas de libros. Luego, formó parte del área de redacción donde realizó investigaciones principalmente abocadas a las violaciones a los derechos humanos, violencia de género, maltrato laboral, adopciones ilegales, explotación de extranjeros, judicialización de la pobreza y discriminación. Además de innumerables notas para distintos medios, Ana escribió tres libros: La vida por delante. La tragedia de los chicos del Colegio Manuel Belgrano (2006), La Perla. Historia y testimonios de un campo de concentración (en cautoría con Alejo Gómez Jacobo) (2012) y La Cuca (2018).

Formarse para poder comunicar 

Desde fines de 2002, La Voz encomendó a Ana cubrir la llegada del EAAF a Córdoba, así como cada uno de los pasos que llevaran adelante los miembros de este organismo en el marco de la causa judicial “Averiguación de enterramientos clandestinos”, tramitada en el Juzgado Federal N°3.

Antes de comenzar a escribir sobre el tema de San Vicente, lo primero que hice fue llamarlo a Darío Olmo y hablar con los organismos de DDHH que me dieron información”, comenta Ana. Antropólogo por la Universidad Nacional de La Plata y miembro fundador del EAAF, Darío era la persona que estaba a cargo de coordinar los trabajos en Córdoba y, por tanto, uno de los principales interlocutores de Ana. Pero sus contactos también incluyeron a los principales referentes judiciales, tales como la Fiscal Federal, Dra. Graciela López de Filoñuk, “que era quien más me informaba sobre el tema de las exhumaciones”.

Por aquel entonces, si bien el EAAF ya era reconocido por sus trabajos nacionales e internacionales, en Córdoba poco y nada se sabía sobre el quehacer antropológico forense ni sobre las etapas que implicaba el proceso de búsqueda de personas que habían desaparecido por razones políticas hacía mediados de los años setenta. Ana recuerda que, durante la primera conferencia de prensa que brindó el Equipo por la identificación de Osatinsky en julio de 2003, “Darío comunicó que los días lunes iba a estar a disposición de los medios en el Museo de Antropología”. Fue así que ella se hizo cita cada lunes en el Museo para aprender, en detalle, lo que Darío iba explicando sobre las excavaciones, sobre el análisis de laboratorio, la toma de muestra de sangre a familiares de las víctimas, etc. También decidió reunirse con Carlos Vullo, bioquímico encargado de los estudios genéticos, para comprender cómo era el proceso de identificación por ADN.

Fue un aprendizaje para mí, de algo que no estaba dentro de lo que yo había hecho hasta ese momento en el diario, que era hacer investigaciones de otras temáticas. O sea que fui aprendiendo muchísimo. Me tuve que formar primero en el tema para después poder participar en el multimedia desde otro lugar. Sabiendo un poco más. En términos profesionales, creo que fue una de las experiencias más importantes que tuve en el diario”.

El primer multimedia de La Voz 

Días después de conocerse la identificación de Osatinsky, desde la redacción de La Voz fue surgiendo la idea de armar un informe periodístico que pudiese documentar, en profundidad y de forma novedosa, el caso.

Nos reunimos con Franco Piccato y Juan Carlos Simo, quienes trabajaban en La Voz on line, y me propusieron hacer un multimedia; a continuación le comentamos la idea al director del diario, Carlos Jornet, quien estuvo de acuerdo con el proyecto. En ese momento, yo me ocupaba solamente de la parte periodística. Es decir, no tenía mucha idea de lo que era un multimedia, ni cómo se hacían.

Para el año 2003, siete años después de que el diario lanzara su versión on line, no existían aun muchos informes multimedia en medios digitales. Este formato implicaba utilizar, de manera conjunta y simultánea, diversos medios como imágenes, sonidos y texto, en la transmisión de una información. El hecho de que “El horror está enterrado en San Vicente” haya sido el primer multimedia digital lanzado desde la web de La Voz, para Ana es muy significativo. Daba cuenta de la enorme trascendencia que tuvieron, para la sociedad argentina en general y para la cordobesa en particular, las imágenes del hallazgo de la gran fosa común en aquel cementerio público de la capital.

El trabajo de armado del informe fue realizado en equipo e implicó repartirse tareas, de acuerdo a la expertise de cada uno. “Empezamos a trabajar sin tener idea que iba a ser lo que resultó. Con Juan Simo nos ocupamos, primero, de juntar todo el material que teníamos sobre las investigaciones en San Vicente, de sacar fotos y hacer entrevistas a distintos referentes -del EAAF, de los organismos de DDHH, y de la justicia, etc.-”. Luego, con el material recopilado, comenzó otra enorme tarea, la de infografistas y fotógrafos, para dinamizar y dar una forma visual atractiva al informe.

Un paso fundamental fue conseguir el visto bueno del antropólogo a cargo de los trabajos en San Vicente, de quien Ana había aprendido la mayor parte de lo que sabía sobre la búsqueda. “Cuando ya teníamos, más o menos, armado todo, lo llamamos a Darío Olmo para que nos dijera qué le parecía. Le pareció fantástico cómo lo estábamos armando”.

Entonces sí, sólo quedó ensamblar videos, imágenes, audios y textos. “Cuando ya teníamos todo el material, el armado habrá llevado un mes,”. El informe fue publicado en la web el 10 de agosto de 2003. El resultado fue impactante.

Derivas de un informe periodístico

Lo importante del multimedia fue que, por medio de la web del diario, llegara a distintos lugares del mundo. Incluso mandaban cartas del lector, agradeciendo el trabajo que se había hecho”. Como explica Ana, los mensajes de felicitaciones por el trabajo publicado, no se hicieron esperar. Tampoco los galardones. En septiembre de 2005, Ana Mariani y Franco Piccato recibieron de manos de Gabriel García Márquez -presidente de la Fundación Nuevo Periodismo- y Lorenzo Zambrano -presidente de Cemex- un reconocimiento por el informe periodístico realizado junto a Juan Simo. En el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (México), el multimedia sobre las exhumaciones en San Vicente “obtuvo la premiación por ser finalista y estar por sobre la media de los trabajos de internet en Latinoamérica”.

Ahora bien, esas no fueron las únicas derivas del trabajo periodístico. También sirvió para animar, y dar confianza, a muchas familias de personas desaparecidas para acercarse a dar una muestra de sangre para lograr una posible identificación. “Lo interesante es que, a partir de la publicación, empezaban a llamar personas al diario para consultar cómo tenían que hacer para dar una muestra de sangre. Era otro de los fines valiosísimos del multimedia”.

Del diario al juicio

A fines de mayo de 2008, comenzaría en Córdoba el primer juicio por delitos de lesa humanidad, luego de que el Congreso Nacional declarara la inconstitucionalidad de las leyes del perdón. Este juicio sentaba por primera vez en el banquillo a Luciano Benjamín Menéndez junto a otros siete represores, acusados del secuestro y asesinato de Horacio Humberto Brandalisis, Raúl Osvaldo Cardozo, Carlos Enrique Lajas e Hilda Flora Palacios. El cuerpo de Hilda, enterrado como NN en una sepultura individual del Cementerio San Vicente, había sido identificado y restituido por el EAAF en noviembre de 2004.

Durante el desarrollo del juicio, fue proyectado en la sala de audiencias el informe multimedia “El horror está enterrado en San Vicente”, ofrecido como prueba por parte de los abogados querellantes, Claudio Orosz y Martín Fresneda. La visualización del material fue complementada con el testimonio de Ana Mariani, quien explicó al tribunal y a las partes, en qué había consistido el trabajo documental que derivó en la elaboración del informe periodístico. Por aquel entonces, Ana decía “creo que nadie puede permanecer indiferente cuando debe ser testigo en un juicio. Menos aun cuando en ese juicio se está juzgando a Luciano Benjamín Menéndez y otros siete represores”.

A través de las imágenes, audios y el propio testimonio de Ana, el trabajo periodístico actuó como intérprete y traductor de mundos. En este escenario judicial, volvió accesible para jueces, abogados/as y demás presentes, el enorme trabajo que había llevado, la cantidad de personas que habían sido movilizadas, los múltiples conocimientos técnicos implicados, en el proceso de reunificación de aquellos cuerpos maltratados con sus identidades. Volvía más fácil comprender el camino tomado para intentar desandar el horror.

El devenir de este multimedia, que hoy es cedido por Ana Mariani para ser publicado en la web del Museo de Antropologías de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UNC, da cuenta de la trascendencia de un trabajo periodístico comprometido con las demandas sociales de su tiempo. Recuperado, revalorizado y puesto a disposición de estudiantes, docentes y público en general por parte de la universidad pública, nuestro deseo es que continúe aportando al conocimiento y la reflexión sobre nuestro pasado reciente (el de los horrores de la dictadura pero, también, el de las posibilidades de la búsqueda de la verdad) y a la construcción de un presente, siempre, más democrático.   

Melisa Paiaro

Docente del Departamento de Antropología e investigadora del Museo de Antropologías/IDACOR (FFyH-UNC).

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